La participación de las mujeres en la política ecuatoriana ha experimentado un progreso notable reflejando un compromiso creciente con el proceso democrático. En las elecciones de febrero de 2023, las mujeres representaron el 50.73% de los electores, destacando su papel fundamental en el proceso electoral.

Desde 2009 hasta febrero de 2023, las mujeres han demostrado un aumento constante en su participación como votantes, experimentando un incremento del 10% en su compromiso cívico al pasar del 77% al 87%.

Históricamente, las mujeres han evidenciado una leve mayor participación que los hombres en esas elecciones. A pesar de este progreso, todavía no han logrado alcanzar una representación equitativa en los cargos de elección política.

Ecuador ha implementado reformas constitucionales en 1998 y 2008, marcando avances hacia la igualdad de género en la política. Propuestas, asistencia técnica y cabildeo han contribuido a expandir los derechos femeninos en este ámbito. Desde 2020, la legislación promueve la paridad en candidaturas, con enfoque en secuencialidad y cuotas progresivas. El impacto de estas medidas es palpable en las elecciones seccionales y anticipadas de 2023, evidenciando un avance real hacia la equidad de género en la política ecuatoriana.

A lo largo de las décadas, la participación femenina en el poder legislativo ha experimentado un continuo progreso, evidenciado en el análisis de las elecciones para este órgano desde 1979 hasta la fecha actual. Durante este período, se ha observado una constante evolución en la representación de las mujeres en la Asamblea Nacional, y se vislumbra la posibilidad de que, en la próxima asamblea, las mujeres puedan obtener aproximadamente el 45% de los escaños.

El año 2007 destaca como un punto de inflexión significativo en esta tendencia. En este período, la presencia de mujeres en la Asamblea tuvo un incremento notorio, pasando del 18% en 2003 a un destacable 34%. Este aumento reflejó una mayor apertura y aceptación de las voces femeninas en la política nacional.

La reforma a la Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas (LOE) en 2020 eliminó obstáculos que limitaban la equidad de género en los resultados. Cambios como la adopción de listas cerradas y bloqueadas y el aumento de proporcionalidad en circunscripciones pequeñas abrieron puertas para una mayor representación femenina.

A pesar de estos avances, no se pueden ignorar los desafíos estructurales que aún persisten en el sistema político ecuatoriano. Las organizaciones políticas han tendido a dar prioridad a candidatos masculinos en provincias consideradas estratégicas, relegando a las mujeres a posiciones en áreas con menor relevancia política o expectativas de éxito.

A nivel global, Ecuador se ubica en el puesto 33 en cuanto a representación femenina en la política, según la Unión Interparlamentaria (UIP, 2022). Este indicador resalta la necesidad de seguir trabajando para impulsar una participación más equitativa en el ámbito legislativo.

A partir de los registros de las ultimas elecciones seccionales proporcionados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), se observa un panorama positivo con 42 alcaldías y 7 prefecturas que están dirigidas por mujeres. Estos resultados marcan un paso significativo hacia una mayor representación femenina en los niveles locales de gobierno.

Una perspectiva aún más profunda muestra un aumento del 17,12% en la inscripción de candidatas a alcaldesas en el 2023 en comparación con las elecciones de 2019. De estas, 40 mujeres resultaron victoriosas en las 221 alcaldías en disputa, lo que significa que, en aproximadamente el 18% de las localidades del país, una mujer ocupará la máxima posición de liderazgo.

Al adentrarnos en las candidaturas para prefecturas, surge un crecimiento notorio en la representación femenina. En el 2023, el número de candidatas para la posición de prefectura aumentó en casi un 6% con respecto a las elecciones de 2019. Este aumento se tradujo en la elección de ocho mujeres para esta dignidad en 23 provincias del país, con especial énfasis en Pichincha y Guayas, las dos provincias más pobladas donde el liderazgo femenino se ha consolidado.

Aunque se pueden identificar avances en las políticas que promueven la participación de las mujeres en los espacios políticos de Ecuador, una comparación con otros países latinoamericanos, a través de los datos proporcionados por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, revela que aún nos encontramos a medio camino hacia la equidad. Para lograr una representación genuinamente equitativa se necesita un esfuerzo continuo para fortalecer la participación femenina en la política ecuatoriana.